Texas Chainsaw Massacre, le quedó la piel grande [Reseña]
Texas Chainsaw Massacre (2022) es la secuela directa que lanzó Netflix este fin de semana del clásico The Texas Chainsaw Massacre (1974) de Tobe Hooper. Un reto importante en estas películas que pretenden continuar con el legado. ¿Lo logró? Aquí se los contamos.
Dirigida por David Blue García, escrita por Chris Tomas Devlin a partir de una idea de Fede Alvarez (Evil Dead, Don’t Breathe) y Rodo Sayagues, Texas Chainsaw Massacre marca el regreso de Leatherface después de 50 años. En ella, tras estar escondido, Leatherface regresa para aterrorizar a un grupo de jóvenes, quienes accidentalmente irrumpen en su mundo tranquilo en un pueblo remoto en Texas. Es protagonizada por Sarah Yarkin, Elsie Fisher, Mark Burnham como Leatherface, Jacob Latimore, Moe Dunford, Olwen Fouéré como Sally Hardesty.
Hay que ir por pasos para ver qué pasó con nuestro Leatherface. Al inicio todo era risas porque en el tráiler veíamos mucha influencia de “Halloween” (2018). Incluso, Sally (Olwen Fouéré) dice que ha esperado 50 años para vengarse de Leatherface por lo que le hizo a sus amigos en 1974. Sin embargo, llegamos a la película y nos damos de frente contra un Leatherface envejecido.
Hay múltiples referencias a la original, evidentemente, al ser una secuela, pero también encontramos un poco de otros clásicos. Por ejemplo, tenemos esta frase de Sally antes mencionada muy al estilo Strode. También tenemos una escena muy Halloween (1978) en cierto clóset y tenemos un Leatherface que corta una puerta mientras una chica adentro grita desesperada, muy a la Jack Torrance.
Lo más genial es que pensábamos que Sally iba a ser la heroína de esta historia y… ¡Nada! Sólo es un hilo que une esta nueva con el clásico para darle una especie de cierre y entrada a los nuevos personajes. ¿Vale la pena? No, los nuevos personajes son insufribles desde que llegan al pueblo, si fuéramos Leatherface, hubiéramos hecho lo mismo. Sin embargo, aquí se va a lo Halloween Kills, la película nos da un Leatherface en completa acción. En 1974, unos hippies andan de metiches en la casa de Leatherface y, como es natural dada la psicología del personaje, él sólo los agarra para sus propósitos. Aquí es lo mismo, Leatherface vive tranquilo con Mrs. Mc (Alice Krige) hasta que unos jóvenes se meten a su casa a molestar, a quitarle lo suyo.
Volviendo a Sally, ¿porqué no es la heroína y ni siquiera es importante para Leatherface? Es ahí cuando encontramos la diferencia con Halloween (2018) y la naturaleza de cada uno. Leatherface no es un psicópata como Michael Myers que tiene que finalizar su tarea. Para Leatherface, ellos son como los animales, andan correteando hasta que los agarra, pero si se escapó uno no es trascendente para él y, por ello, vivía tranquilo en su pueblo sin tener que ir tras Sally.
Tenemos mucho gore y sangre por dondequiera que pasa la motosierra de Leatherface. Muchas de estas escenas, como la del autobús, son sólo puestas ahí para que podamos ver en acción a Leatherface, a quien no le importan los trending topics o si lo cancelan. Obviamente, desde el inicio sabemos quiénes van a llegar hasta el final de la película, el cual no es feliz y es una especie de tributo para la original. También tenemos muchas cosas que no son lógicas en lo absoluto, como un gran Leatherface ultra resistente con una motosierra que sigue funcionando a pesar de los 50 años que ha estado en la pared, entre muchos otros. ¿Cómo es que Sally quiere venganza y sigue en Texas después de haber sido completamente aterrorizada por la familia de Leatherface?
¿Por qué le ha quedado la piel grande a esta secuela? Si bien, trata de adaptarse a las condiciones actuales, pues obviamente no podría ser igual que la original, ya que nuestro contexto no es el mismo y está también dirigida a las nuevas audiencias que buscan más el gore, es una historia entretenida, pero con muchas fallas. Tenemos un Leatherface en acción, sí, pero no con toda su esencia como la cuestión de las máscaras, tan importantes para él, o el canibalismo. Sally sólo llega por su venganza y se va muy insatisfecha, no nos dicen nada más sobre ella salvo los escasos segundos al inicio que nos ponen en contexto. La introducción de los personajes es muy corta, no los llegamos a conocer y, mucho menos, a conectar con ellos.
Texas Chainsaw Massacre tiene buenos tributos a la original, buenas escenas gore que todo amante de los slashers disfrutará, una duración perfecta que no aburre con momentos lentos, pero no es una secuela que realmente parta de la original con toda su historia detrás para continuarla. Es una buena entrada dentro de la franquicia, mejor que otras que ha habido anteriormente, pero se queda muy corta siendo una secuela directa.
