El Conjuro 3: Exorcismos y cultos [Reseña]
El Conjuro 3: El Diablo me obligó a hacerlo se estrenó este fin de semana teniendo buenos resultados en taquilla a pesar de las circunstancias. Una franquicia probada que sigue su camino, pero ahora de la mano de otro director y el cambio se nota.
Michael Chaves tomó la dirección de esta tercera entrada dentro de la franquicia de El Conjuro, tras su trabajo en la película The Curse of La Llorona (2019). Las dos anteriores habían sido dirigidas por James Wan con la fórmula ya probada que logra funcionar. El Conjuro 3: El Diablo me obligó a hacerlo toma ligeramente otro camino para una historia distinta de los Warren. No sólo es que ellos lleguen y hagan su trabajo, deshacerse de las entidades malévolas que azotan a una familia, en este caso se involucra la ley, pues todo sucede después de un exorcismo con terribles consecuencias.
La película nos transporta a 1981, año en el que sucedió un brutal crimen. Arne Cheyenne Johnson fue acusado por el homicidio de su casero, Alan Bono. Según el testimonio de la familia Glatzel, su hijo David Glatzel de 11 años, estaba poseído por un demonio. Buscaron ayuda llegando a Ed y Lorraine Warren, quienes realizaron un exorcismo. Cuando el demonio abandonó el cuerpo del niño, se introdujo en Arne Cheyenne Johnson obligándolo a matar a su casero. El caso fue conocido en Estados Unidos como ”El Diablo me hizo hacerlo”.
El problema de la película es, quizá, mezclar muchas cosas al mismo tiempo. Al principio, tenemos el exorcismo. Posteriormente, parece introducirnos en una situación que cuestiona la veracidad de los hechos y si realmente se trata de una posesión diabólica. Pronto abandona esa línea, porque evidentemente en esta franquicia no vamos a cuestionar a los Warren de sus prácticas, y prosigue con todo lo que tiene que enfrentar la pareja para resolver lo que quedó inconcluso desde el inicio con el exorcismo. Todo ello para sumirnos en la problemática real, los cultos satánicos y sus escalofriantes conjuros.
La principal preocupación era cómo resultaría esta película con la ausencia de James Wan en la silla de director. Chaves toma un poco de todo y hace un buen equilibrio entre la historia y las escenas aterradoras, resultando en un mejor trabajo que en su anterior película “The Curse of La Llorona”. Finalmente, esta franquicia y spin-offs son completamente palomeros. Son películas de horror entretenidas y una buena opción para volver al cine con todas las medidas o disfrutar en casa en HBO Max. De antemano, sabemos que no moriremos de miedo con El Conjuro 3: El Diablo me obligó a hacerlo, simplemente tendremos un buen rato con una película que nos lleva a la acción desde el inicio.
