Deadware: Un juego de muerte [Reseña]
DEADWARE es una película en la cual dos amigos comienzan a jugar en línea algo que se vuelve cada vez más aterrador. Una historia corta y sencilla, con algunos sustos al estilo de los noventas.
Dirigida y escrita por Isaac Rodriguez (Last Radio Call, A Town Full of Ghosts) esta película nos transporta a 1999, cuando dos amigos, Jay (Ali Alkhafaji) y Megan (Sarah Froelich), se conectan para platicar. Sin embargo, en su pantalla se abre una ventana en la que aparece un juego misterioso titulado “House of Hunger”, el cual ha sido jugado anteriormente por una amiga en común llamada Amy. Ambos comenzarán esta aventura siniestra en la que descubrirán distintos secretos.
DEADWARE es una película de sólo una hora de duración y logra captar nuestra atención pronto. Cuando los personajes comienzan a jugar nos vemos involucrados también, nos transmiten el nerviosismo como si nosotros fuéramos jugadores. “House of Hunger” es del estilo point and click, aunque hay partes que nos recuerdan a juegos como “The Evil Within” y “P.T.“. Además, mientras van avanzando en los niveles de este juego, los protagonistas son llevados a videos cada vez más extraños. Algunos de ellos con esas cosas inesperadas que nos hacían gritar en aquel entonces.
Sin embargo, la historia no es su fuerte. Comienza enganchándonos en este entorno virtual noventero, jugamos junto con los personajes algo bastante sencillo y, a veces, obvio. La primera mitad es bastante buena, pero durante la segunda empieza a caer en las mismas situaciones de otras películas del mismo estilo como Unfriended, Host, entre otras. Además, de tener ciertos detalles que no resultan muy lógicos en la trama.
Aún así, DEADWARE resulta entretenida y breve, para aquellos que buscan algo sencillo, con ciertos sustos fáciles. También para quienes gustan de los videojuegos y quieren cierta nostalgia noventera. Les recomendamos verla con las luces apagadas.
